Algunas medidas son radicalmente opuestas a las aprobadas por Fidel Castro.
A cuentagotas sienten los cubanos los efectos de algunos cambios hechos por el presidente Raúl Castro desde que tomó el poder de la nación en 2008 en sustitución de su hermano, el dictador Fidel Castro.
Para el cubano de a pie, Fidel sigue ejerciendo el mando de la isla y su pariente ejecutando las instrucciones.
"Es el poder detrás del trono, no firma las decisiones, pero sus puntos de vista deciden lo que sucede en el país", asegura Carlos, propietario de una casa de hospedaje.
Raúl Castro tomó las riendas de esa nación de forma provisional en 2006 debido a serios problemas de salud que sufrió Fildel.
En 2008, fue nombrado oficialmente mandatario de Cuba con la misión de estructurar un plan integral para superar una progresiva crisis financiera.
Satisfacer los deseos de más aperturas sociales y económicas de un pueblo con medio siglo de sometimiento representa una labor titánica, pues el gobierno debe evitar que las iniciativas representen una desvinculación del sistema totalitarista.
Hospedarse en un hotel era algo proscrito para un cubano durante la era de Fidel Castro, pero desde 2008 se ha permitido que los ciudadanos de la isla lo puedan hacer, así como rentar un vehículo.
No obstante, no hay tanta liberalidad en estas medidas como se supone; "si uno se queda en un hotel o alquila un carro lo investigan y lo interrogan para saber de dónde sacó el dinero porque el cubano promedio, la mayoría mejor dicho, no lo puede hacer", dice Mario, un trabajador de la construcción.
Otra flexibilización del Estado tiene que ver con el permiso otorgado a los cubanos para que puedan comprar electrodomésticos.
Recortes
La medida más profunda puesta en práctica en la era post Fidel es el proceso de despido a corto plazo de 500 mil trabajadores estatales que integran una planilla de 4.3 millones de trabajadores, un tercio de la población.
Al mar de personas cesanteadas se le ha dado la oportunidad de adquirir una licencia de trabajador por cuenta propia para tener de esta forma una nueva fuente de ingresos.
Esperanza
La población cubana espera con expectación la celebración del congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC) a mediados de abril, en el que se podrían aprobar nuevos y más radicales cambios.
Entre las medidas que se analiza aprobar está la anulación de la doble moneda, que fue aprobada en 2004 por Fidel Castro.
Los cubanos perciben la mayoría de su sueldo en pesos cubanos, pero gastan en Pesos Convertibles Cubanos (CUC), que tiene un valor casi equivalente al dólar.
El salario promedio de un cubano es de 17 dólares, suma que apenas ajusta para comprar comida subsidiada para menos de dos semanas por medio de la cartilla de alimentos.
En este cónclave también se discutirá si se autoriza con menos restricciones a los cubanos la compraventa y arrendamiento de viviendas, como paliativo para reducir el déficit habitacional.
"En realidad no hemos visto cambios que terminen de solucionar nuestros problemas de alimentos, por lo que seguimos esperando nuevos cambios", manifiesta Josué, un vendedor de artesanías.
Según este habitante de La Habana, un verdadero signo de cambio se vería si, por ejemplo, se le permitiera a todos poder viajar fuera del país cuando así lo dispongan y con la autorización del Estado.
La nueva cara del modelo cubano se podrá ver terminada en unos 5 años, según estima el presidente Raúl Castro, porque, a su juicio, estas medias no deben dar espacio a la "improvisación".
Mientras Raúl toma el tiempo para terminar ese proceso, miles de mesas en Cuba siguen deficitarias de alimentos.
Alex Flores
Fuente: El Heraldo
A cuentagotas sienten los cubanos los efectos de algunos cambios hechos por el presidente Raúl Castro desde que tomó el poder de la nación en 2008 en sustitución de su hermano, el dictador Fidel Castro.
Para el cubano de a pie, Fidel sigue ejerciendo el mando de la isla y su pariente ejecutando las instrucciones.
"Es el poder detrás del trono, no firma las decisiones, pero sus puntos de vista deciden lo que sucede en el país", asegura Carlos, propietario de una casa de hospedaje.
Raúl Castro tomó las riendas de esa nación de forma provisional en 2006 debido a serios problemas de salud que sufrió Fildel.
En 2008, fue nombrado oficialmente mandatario de Cuba con la misión de estructurar un plan integral para superar una progresiva crisis financiera.
Satisfacer los deseos de más aperturas sociales y económicas de un pueblo con medio siglo de sometimiento representa una labor titánica, pues el gobierno debe evitar que las iniciativas representen una desvinculación del sistema totalitarista.
Hospedarse en un hotel era algo proscrito para un cubano durante la era de Fidel Castro, pero desde 2008 se ha permitido que los ciudadanos de la isla lo puedan hacer, así como rentar un vehículo.
No obstante, no hay tanta liberalidad en estas medidas como se supone; "si uno se queda en un hotel o alquila un carro lo investigan y lo interrogan para saber de dónde sacó el dinero porque el cubano promedio, la mayoría mejor dicho, no lo puede hacer", dice Mario, un trabajador de la construcción.
Otra flexibilización del Estado tiene que ver con el permiso otorgado a los cubanos para que puedan comprar electrodomésticos.
Recortes
La medida más profunda puesta en práctica en la era post Fidel es el proceso de despido a corto plazo de 500 mil trabajadores estatales que integran una planilla de 4.3 millones de trabajadores, un tercio de la población.
Al mar de personas cesanteadas se le ha dado la oportunidad de adquirir una licencia de trabajador por cuenta propia para tener de esta forma una nueva fuente de ingresos.
Esperanza
La población cubana espera con expectación la celebración del congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC) a mediados de abril, en el que se podrían aprobar nuevos y más radicales cambios.
Entre las medidas que se analiza aprobar está la anulación de la doble moneda, que fue aprobada en 2004 por Fidel Castro.
Los cubanos perciben la mayoría de su sueldo en pesos cubanos, pero gastan en Pesos Convertibles Cubanos (CUC), que tiene un valor casi equivalente al dólar.
El salario promedio de un cubano es de 17 dólares, suma que apenas ajusta para comprar comida subsidiada para menos de dos semanas por medio de la cartilla de alimentos.
En este cónclave también se discutirá si se autoriza con menos restricciones a los cubanos la compraventa y arrendamiento de viviendas, como paliativo para reducir el déficit habitacional.
"En realidad no hemos visto cambios que terminen de solucionar nuestros problemas de alimentos, por lo que seguimos esperando nuevos cambios", manifiesta Josué, un vendedor de artesanías.
Según este habitante de La Habana, un verdadero signo de cambio se vería si, por ejemplo, se le permitiera a todos poder viajar fuera del país cuando así lo dispongan y con la autorización del Estado.
La nueva cara del modelo cubano se podrá ver terminada en unos 5 años, según estima el presidente Raúl Castro, porque, a su juicio, estas medias no deben dar espacio a la "improvisación".
Mientras Raúl toma el tiempo para terminar ese proceso, miles de mesas en Cuba siguen deficitarias de alimentos.
Alex Flores
Fuente: El Heraldo
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ResponderEliminarviagra
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ResponderEliminarpaxil