4 mar 2011

JUVENTUD + TECNOLOGÍA = ¿DEMOCRACIA?

Los jóvenes ya no quieren más "libertadores" y "líderes" autoproclamados.
Parafraseando a Karl Marx en su célebre Manifiesto Comunista, podría afirmarse que: Un nuevo fantasma recorre la parte sur de la cuenca del Mediterráneo en el norte de África y Medio Oriente, desde el Atlántico en el oeste hasta el mar Caspio y el Golfo Pérsico en el este, es decir, desde Mauritania en el extremo occidental hasta la frontera con Paquistán en el oriental, cubriendo a casi una veintena de países: el fantasma de la impaciencia juvenil que en sólo unas semanas ya derrocó a dos gobiernos fuertemente autoritarios en Túnez y Egipto, y van por el tercero en Libia.

Pero a diferencia del fantasma del comunismo marxista del siglo XIX, este oleaje de manifestaciones callejeras organizadas por los jóvenes a través de internet, Facebook y Twitter está más allá de cualquier ideología política, incluso más allá de cualquier credo religioso. En las calles y plazas (como la de Tahrir en el Cairo) se han abrazado unidos con el puño en alto, jóvenes mayoritariamente musulmanes con otros católicos y judíos, hombres y mujeres que tienen una profunda convicción política en común: ¡basta ya de los patriarcas! Son dos sus demandas claras y a la vez sencillas: libertad y oportunidades laborales. ¿No es acaso algo inherente a cualquier joven, de cualquier país en cualquier época querer ser libre y tener trabajo?

Lo increíble, y a la vez maravilloso de este fenómeno social es que se trata de jóvenes novatos en el activismo político (como lo fue nuestra juventud en el 68) y sin un liderazgo al menos visible, una cabeza única o un colegiado, como no sean sus teléfonos móvil y el acceso a internet pues la inmensa mayoría carece de computadora propia. Su himno es el rap del rapero tunesino conocido como El General que comienza con “Señor presidente su pueblo se está muriendo” (Time, 16/03/2011). Se trata de la generación 2011, la generación del rap y Facebook en acción, que ya no quiere sólo ver las fotos de sus anquilosados y ancianos gobernantes —como Zine El Abidine Ben Ali en Túnez y Hosni Mubarak en Egipto, con más de treinta años en el poder ambos— sino formar parte de ellas y ¡lo están logrando! Están haciendo realidad el ideal republicano de dejar de ser súbditos para convertirse en ciudadanos políticamente activos.

En esa área geopolítica, que abarca la región conocida como Magreb (Mauritania, Marruecos, Argelia, Túnez y Libia) además de Egipto y Sudán y 14 países al este del Mar Rojo, habitan alrededor de 400 millones de habitantes, de los cuales en promedio entre el 55 y el 60% son personas menores de 25 años de edad. Se trata pues de países tan milenarios como Egipto o lo que hoy es Irak e Irán y antaño fue Mesopotamia, dos de las grandes civilizaciones de la antigüedad, con sociedades jóvenes pero en las cuales un alto porcentaje (entre el 25% en Mauritania, Arabia Saudita y Libia y más del 35% en Egipto, Sudán, Jordania e Irak) tienen entre 15 y 29 años y carecen de empleo. Por ello ¡Libertad y Trabajo! es el grito de la hoy denominada Revolución de los Jazmines.

Esta enérgica e irreverente revuelta juvenil, sólo se compara con la llamada Revolución del Terciopelo de los años 70 a 90 que abarcó a más de 40 países en cuatro continentes, en que a pesar de las lamentables bajas que ha tenido, ha sido en términos generales pacífica.

El ejército se ha colocado del lado de los jóvenes manifestantes y no los ha reprimido como lo hizo en el levantamiento juvenil de 1848 en Europa o 1968 en México. La excepción parece ser Libia en donde un necio Gaddafi, a quién ya le salieron sus flotadores latinoamericanos, Castro (Cuba), Chávez (Venezuela)y Ortega (Nicaragua), desea pasar a la historia no sólo como dictador, que bien ganado ya tiene el puesto en compañía de sus corifeos latinos, sino como asesino de lesa humanidad que precipitó a su pueblo a una guerra civil, como lo hizo Nicolae Ceausescu en la Rumania que gobernó como el dictador implacable de un Estado policial del que fue derrocado, juzgado y fusilado, al oponerse a la democratización se su país.

Y mientras los jóvenes siguen conquistando su mundo y al mundo, una pregunta está en el aire: ¿será su ímpetu juvenil + el Facebook e internet = a la democracia? o ¿acaso sus sueños se verán frustrados por un autoritarismo de diverso cuño al de los patriarcas caídos, pero autoritarismo al fin, el de los fundamentalistas como ya sucedió con los ayatolás en Irán?

Emilio Rabasa

Tomado de: Veracruzanos

¿Y Cuba cuándo?
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