¿Y ahora qué? |
La concesión del Premio Sajarov a Guillermo Fariñas es la tercera mala noticia que Raúl Castro recibe del exterior en una semana. La primera se la dio Barack Obama el martes, cuando consideró que las excarcelaciones de reclusos políticos y las reformas económicas aprobadas hasta ahora en Cuba no bastan aún para que Washington ablande su política de cerco a la isla. El segundo jarro de agua fría llegó con la sustitución de Miguel Ángel Moratinos por Trinidad Jiménez en el ministerio español de Exteriores.
El reconocimiento de la Eurocámara al disidente de Santa Clara obviamente no fue noticia en sentido estricto dentro de Cuba, cuyos diarios, informativos y páginas web abrieron con una declaración de Fidel Castro contra el "riesgo inminente" de una guerra nuclear en la que "el daño colateral sería la vida de la Humanidad". El líder de la revolución pidió la eliminación de las armas atómicas en todo el mundo.
Tampoco se enteraron los isleños de lo que Obama dijo el martes sobre la relación bilateral: "Antes de dar nuevos pasos (de flexibilización de las políticas hacia Cuba), queremos asegurarnos de que el régimen castrista es serio, y la piedra de toque para eso será la libertad", afirmó. El presidente estadounidense reconoció lo positivo de las casi 40 excarcelaciones ordenadas hasta el momento, pero consideró que todavía "sigue habiendo demasiados presos políticos que languidecen en cárceles cubanas por tener opiniones diferentes a las del régimen". Y también juzgó insuficientes las recientes medidas de apertura a la iniciativa privada, al señalar que la de Cuba se mantiene como "una economía anclada en el pasado cuando otros países ex comunistas, de Vietnam a Rusia, han adoptado el sistema de mercado con mucho éxito".
Un día después de este pronunciamiento, La Habana supo que su mayor valedor en la UE con vistas al abandono de la estrategia de condicionamiento establecida en la Posición Común europea sobre Cuba, Moratinos, desaparecía del mapa político justo en vísperas del consejo de ministros en que, el próximo lunes, los 27 deben decidir al respecto.
La nueva titular de Exteriores, Trinidad Jiménez, no está bien vista por estos pagos.Fidel Castro la atacó directamente en el 2005 por defender al disidente Manuel Cuesta Morúa. Y hace dos años, siendo ella secretaria de Estado para Latinoamérica, medios próximos al Ejecutivo la acusaron de trabajar para la derecha de EE.UU. En cambio, la oposición interna acogió ayer muy favorablemente la sustitución.
Pero no hay que exagerar. Aunque siempre utilizara un tono de mayor firmeza con los gobernantes cubanos, Jiménez nunca se salió en lo esencial de la línea del PSOE y Moratinos: la del "diálogo crítico" con La Habana. En cuanto al galardón a Fariñas, tanto él mismo como los distintos grupos de la disidencia lo tomaron como un aliento a "todos los luchadores por la libertad en Cuba". El protagonista no descartó volver al ayuno si no le dejan ir a recoger el premio.
Tomado de: La Vanguardia
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