25 dic 2010

La contradicción de Cuba libre


"No parece verosímil que ni Fidel ni otro de los suyos, obtenga en las urnas éxitos tan abrumadores".


Sí; es una contradicción: para que un cubano sea libre, tiene que pensar como los hermanos Castro o salir de Cuba. El célebre Fidel "es un motor sin frenos, una extraña mezcla de tirano y rebelde", como le definió W. Brandt y que prosigue queriendo dar la impresión de que aún es posible su cincuentenaria revolución, pero su hermano Raúl y ahora presidente, confiesa ante la Asamblea Nacional que "o rectificamos o nos hundimos".

Raúl, uno de los copropietarios políticos de la isla, reconoce que han cometido muchos errores pero excusa a Fidel; el desastre constante que sufre Cuba resulta que procede de haberse apartado el pueblo de las orientaciones que el dictador impartía y que sus compatriotas rehusaron aceptar.

Cabe que el remedio consista en echar de la isla a todos los que no se dejen guiar, que se vayan fuera como todos esos que estaban encarcelados e insistían en ser libres, ¡qué manía! y encima, querían seguir viviendo en Cuba aunque discrepando de Fidel, de Raúl y de unos cuantos más.

Desgraciadamente, para la mayoría de los cubanos, la libertad es una costumbre que se derogó allí hace más de medio siglo y será inviable mientras la doctrina orientadora de lo que se proponga el Gobierno cubano consista, como ha dicho Raúl con su característica lucidez, en que "el partido (comunista, claro) dirija y controle pero no interfiera las actividades del Gobierno a ningún nivel". El presidente cubano ama los trabalenguas.

Raúl no quiere reconocer el contrasentido de sus extraños razonamientos: no ha habido en el mundo ni un sólo caso en el que el partido comunista controlase, dirigiese ¡en solitario! la vida pública y no organizase ni mandase en el Gobierno; además, suelen ser los mismos o fidelísimos colaboradores suyos, los que mandan en el partido y en el gobierno, tendencia que por cierto, se va extendiendo a otros partidos en otros países.

En Cuba a los que querrían ser libres les permiten esta opción: seguir en la isla pero ahormados o gritar "viva la democracia" pero desde el extranjero; no hay término medio.

El premio Sajarov a la libertad de conciencia fue concedido por el Parlamento Europeo a un "disidente" cubano que no pudo acudir a recibir la distinción. ¿Por qué llamarán disidente al que piensa de modo distinto a Fidel y no a Fidel que disiente de tantísimos? Guillermo Fariñas es llamado "disidente" porque sacrifica su salud y su vida por la libertad de Cuba, sólo por eso.

Afortunadamente, el Parlamento Europeo sí pudo al menos escuchar la voz de Fariñas que pronunció palabras duras pero justas, henchidas de razones, aludiendo a la Unión Europea y al Gobierno de España; una dictadura no lo es menos si es de las llamadas izquierdas que si es de las llamadas derechas y eso no parece entenderlo por ejemplo, nuestro ZP.

De lo que he leído que dijo Fariñas, todo conmovedor, a mí me llama la atención su referencia a la semejanza que hizo entre la "Carta de Libertad" que requerían los esclavos para viajar a modo de manumisión temporal y la que ahora se denomina "Carta Blanca" que puede expedir para el mismo fin, el magnánimo Gobierno cubano. También atinó Fariñas negando la bondad de las excarcelaciones de disidentes; "sería un error, afirmó con fina ironía, pensar que fueron puestos en libertad".

El régimen cubano durará como mucho lo que duren los hermanos Castro y pensando en la paz y no en que continúe la beligerancia castrista contra el pensamiento libre, la Comunidad internacional debería preguntarse si la soledad y el cansancio de los dos otoñales hermanos no merecería un relevo inmediato de ambos y del engendro que todavía cultivan; hay que sustituirlos por la voluntad del pueblo cubano que no creo que pudiera identificarse con la del partido comunista; este jamás ganaría unas elecciones libres.

Admítase que Fidel dispone de un excelente sentido del humor; un ejemplo: el 20 de octubre de 1997, afirmó sin que se le escapara la risa, que el régimen electoral cubano "es extraordinariamente democrático y que no deben envidiar nada a nadie". Está claro: sólo Fidel consigue el 90% de los votos emitidos.

HIPÓLITO Gómez 

Tomado de: El Periódico de Aragón


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